NOS DEJASTE SIN PALABRAS

PARA NO OLVIDAR

Querida Peque, con tu marcha de este hogar nos dejas, como expresarlo, quizás un enorme vacío, nos conviertes en simples humanos, tu casa se queda tan vacía, extraña, tan llena de vivencias que nos duele el darnos cuenta que ya no podremos verte más, que ya no tenemos la rutina de tu vida , que ya no sirve de nada decir "ven que te dé una cosita", cada vez que tomo café siempre guardo el azúcar para evitar tus hipoglucemias terribles, cuando me doy cuenta del hecho sigo con ese gesto recordándote, de tu  constante y total dependencia de tu Maripepa, de tu amiga que más que eso era, pues te convertiste en una prolongación de su cuerpo, "no puedo dar un paso sin que la Peque se despegue de mi pié". ¿Sabes que cuando prepara la comida, y los boquerones sobre todo, sigue volviéndose para darte?. Tuvo que ser terrible el quedarte ciega y aún más cuando tu oído y sentido de la orientación te dejaron de funcionar. Siempre fuiste la más activa, pues aún con tus sentidos destrozados no nos dejabas dar un paso solos, nos controlabas a la hora de dormir, como buen perro guardián no descansabas hasta vernos en nuestro sitio y oír "ven que te tape". Ahora dormimos con las puertas cerradas, ya no tenemos quién nos avise y se ponga en modo defensa ante cualquier situación extraña; Es tanta la tristeza que aflora en nuestra alma, que nos duele, nos duele y mucho,  que nos haces tan pequeños e indefensos que necesitamos acurrucarnos para defendernos de un mundo sin tu presencia.     A tu nombre "Pequeño Capricho" hemos de añadirle "la que causa dolor con su ausencia".

Jamás pensé que tu muerte doliese tanto a pesar de tanto sacrificio por nuestra parte.

Permíteme que aproveche tu epitafio para decirle a mi familia que es inconmensurable la pena que siento por haberles infringido tanto dolor con vuestras vidas, vicisitudes, trabajo, disgustos por mi mal humor, pero sobre todo con las terribles consecuencias de inevitables decisiones que he tomado. No sé si entre nosotros cabe la expresión, pero por si si, PERDÓN.

Si es cierto que puedes reunirte con tu familia, Layka fue la primera y tu Pequeño capricho eres la última de la saga Guadamecil, espero que la amabilidad y la paz sea la rutina de vuestras esas otras vidas, pues en estas bien que os "despachasteis", (como debe ser claro), bueno Peque como cuando podíamos decirte "Ahora venimos, pórtate bien eh". Un abrazo muy grande.

GUADAMECIL 

nacimiento maravillosa madre sus primeros pasos
  LAS TRES FANTASTCAS orgullo de criadora